6 hitos clave para entender la iniciativa Hacia Comunidades Resilientes - META
Marta es docente universitaria, una de sus preocupaciones diarias es que Manabí cuente con políticas públicas de calidad que aporten al desarrollo de la provincia luego del terremoto de 2016. Este es un tema al que con frecuencia se refiere en su cátedra. Junto con sus alumnos, la reflexión se da en torno a la necesidad de que Manabí sea una comunidad resiliente, que participe en procesos de mejora y seguimiento de sus políticas públicas. Hablando con sus colegas de la Universidad San Gregorio de Portoviejo se enteró de la existencia del proyecto Hacia Comunidades Resilientes – META y de sus dos mecanismos de participación ciudadana: El Observatorio y la Mesa Ciudadana. El entusiasmo no se hizo esperar porque sintió que junto a sus estudiantes podía ser parte de una iniciativa que promueve el trabajo articulado con la Academia y la veeduría ciudadana a las políticas de reconstrucción y reactivación económica post terremoto en su provincia.
Antes de seguir con la historia de Marta, debemos despejar un par de dudas importantes. ¿Qué es META? ¿Y qué significa ser una comunidad resiliente?
META son las siglas de la iniciativa Manabí y Esmeraldas Territorios Activos. Está conformada por dos consorcios, uno de los cuales es Hacia Comunidades Resilientes. En este proyecto cofinanciado por la Unión Europea, se juntan los esfuerzos de varias instituciones: FARO, Fundación Esquel, la Universidad San Gregorio de Portoviejo y el GAD de Portoviejo, quienes son los encargados de implementarlo en Manabí.
Significa que la ciudadanía de un territorio cuenta con las capacidades de adaptación ante un evento adverso, como sucedió en el 16A. Este desastre afectó las formas de organización y el desarrollo de Manabí y Esmeraldas, provincias que ahora necesitan desarrollar aún más su resiliencia, es decir, convertirse en sociedades informadas, conscientes, y solidarias, capaces de responder y salir adelante ante cualquier adversidad.
Ahora sí, continuemos. Cuando Marta se unió al Observatorio Ciudadano de Políticas Públicas, supo que es un espacio que genera información y análisis. Estos datos sirven como evidencia para una mejor toma de decisiones por parte de las autoridades, y por supuesto, para el mejoramiento de las políticas públicas de su provincia.
No pasó mucho tiempo para que Marta se apasionara con cada una de las actividades del Observatorio. Participó con entusiasmo en muchas de ellas. Ahora, después de tres años de ejecución del proyecto META, recuerda con cariño y orgullo lo conseguido por este espacio.
Nuestra protagonista, nos contó sobre 6 hitos que considera son los logros más importantes del proyecto. El primero de ellos fue cómo la Academia tuvo un proceso de fortalecimiento continuo y hoy se consolida como un espacio que genera insumos para la participación ciudadana y la incidencia en las políticas públicas. ¡Wow! Eso suena relevante, y no es para menos. Y es que con el aporte técnico de FARO se creó el Observatorio de Políticas Públicas de Manabí, que más tarde pasó formalmente a ser parte de la Universidad San Gregorio de Portoviejo. Esto tan solo fue el primer paso para algo más grande: el establecimiento de la primera Red de Observatorios Ciudadanos en Manabí y Esmeraldas, creada para el análisis de información y el desarrollo de investigaciones de alto nivel. Esta Red es el fruto del trabajo colaborativo de 4 instituciones educativas: la Universidad San Gregorio de Portoviejo, la Universidad Laica Eloy Alfaro, la Universidad Estatal del Sur de Manabí, y la Universidad Técnica Luis Vargas Torres de Esmeraldas. Esta última alianza responde a los procesos de articulación entre las dos subvenciones META. La otra subvención: “Ciudadanía repensando el territorio post-terremoto”, coordinada por Paz y Desarrollo, trabaja en Esmeraldas.
Si eso nos sorprendió, pensemos que aún nos faltan por conocer otros 5 hitos igual de importantes. Para este momento, Marta nos comentó que la Academia y las organizaciones de la sociedad civil jugaron un papel importantísimo en este proyecto. Y es que en conjunto elaboraron, entre otros, dos informes de seguimiento al cumplimiento de la Agenda de reactivación económica, una investigación que mide la resiliencia en el sector pesquero artesanal de Manta y Portoviejo, una más sobre los efectos de la pandemia y el terremoto en el sector empresarial y laboral de Manabí. También, realizaron un estudio sobre el comercio autónomo en la calle Alhajuela, una de las principales arterias comerciales de Portoviejo.
¿En serio hicieron todo eso? ¡Es impresionante! Claro, pero esto no acaba ahí, Marta tiene mucho que contar sobre lo que consiguió el proyecto META. Nos dijo que se desarrollaron tres procesos de formación para el seguimiento de políticas públicas, en los que participaron más de 250 representantes de universidades, organizaciones de la sociedad civil y de los Gobiernos Autónomos Descentralizados de Manabí.
Y la innovación no quedó de lado. Sin demora, nuestra amiga sacó su computadora y nos mostró una herramienta interactiva desarrollada por la iniciativa, el micrositio de georreferenciación. Este es un mapa interactivo que permite visualizar los proyectos ejecutados en Manabí y Esmeraldas para la reactivación productiva post terremoto y que está al alcance de todos en el portal web del proyecto para monitorear su ejecución.
En ese momento sonó un celular. Marta se levantó presurosa a contestar la llamada. Nos quedamos expectantes porque aún nos faltaban por conocer algunos logros de META. Enseguida nos dimos cuenta de que aprovechó la pausa para ir en busca de Jorge, un líder comunitario que estaba visitando la Universidad. Acababa de salir de un salón de clase, donde fue invitado a compartir su experiencia. Le parecía fantástico que la Universidad se haya interesado en cómo se desarrolló el modelo de gestión de la iniciativa socio productiva que representa.
Mientras lo escuchamos hablar entendimos el por qué de su participación en nuestro diálogo con Marta. Para nuestra sorpresa, Jorge formaba parte de otra de las iniciativas del proyecto: la Mesa Ciudadana Intercantonal de Manabí.
En ese momento, surgió una nueva pregunta. ¿Cuál es la diferencia entre el Observatorio y la Mesa Ciudadana? Jorge con una sonrisa nos contó que las actividades del Observatorio tienen lugar en la Academia, mientras que la Mesa es una iniciativa paralela que trabaja con base en las investigaciones del Observatorio y se centra en la comunidad. Está conformada por 30 líderes y lideresas de cinco cantones de Manabí: Manta, Portoviejo, Jaramijó, Sucre y San Vicente que llevan adelante iniciativas ciudadanas para la buena gobernanza, la transparencia y el acceso a la información pública. Todo esto para incidir en la toma de decisiones y para lograr territorios más participativos y resilientes.
Según comentó Jorge, la Mesa también ha alcanzado logros importantes. ¡Ahí estaban los 3 hitos que faltaban! Con emoción nos contó sobre el primero de ellos, el mejoramiento del sistema de participación ciudadana y la transparencia en varios GAD municipales de Manabí. Para lograrlo se realizaron audiencias públicas, los GAD participantes fueron asesorados en el cumplimiento de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, LOTAIP, y se desarrolló una campaña llamada: “De ciudadano a ciudadano”, que llegó a 200 mil personas a través de redes sociales y radio.
En ese momento, Marta y Jorge, visiblemente emocionados, nos invitan a tomar un rompope de caña manabita. Mientras degustábamos esta deliciosa bebida nos hablaron de los Laboratorios ciudadanos, otro hito de la Mesa Ciudadana. Nos contaron que en este espacio se construyeron varios planes de incidencia. La ciudadanía, con ayuda de mentores, trabajó en la construcción de propuestas que concursaron para ganar un fondo semilla de $5000 para su implementación. Seis propuestas fueron incubadas, tres ganaron el fondo y se desarrollaron exitosamente: los huertos orgánicos de Cerro Verde, Asoproarambu y Mundo Limpio. Estas iniciativas fomentaron la participación ciudadana y la resiliencia comunitaria.
Ya estaba atardeciendo, el sol de Manabí empezaba a esconderse en el horizonte y nosotros, sin sentir el paso del tiempo, escuchábamos con atención a Jorge, que nos hablaba sobre un último logro de META. La Reforma a la ordenanza del sistema de participación ciudadana de los GAD de Manta, Sucre y Jaramijó. Esto fue una realidad gracias a la generación de diagnósticos jurídicos, la construcción de planes de mejora, el desarrollo de un proceso de capacitación institucional, un intercambio de experiencias entre los GAD y un evento intercantonal con la participación de 100 jóvenes. ¡Un trabajo inmenso! Seis logros que significaban grandes avances para la resiliencia comunitaria.
Pudimos haber seguido hablando de esta experiencia maravillosa, pero la noche no tardó en llegar. Nos despedimos con un intercambio de abrazos, agradecidos por el tiempo que Marta y Jorge nos regalaron… ¡Y también por el rompope!
Al final quedamos muy contentos de conocer todo lo que el trabajo del Observatorio y de la Mesa Ciudadana aportó para la generación de los cimientos de un Manabí resiliente. Las investigaciones realizadas, los procesos formativos, el seguimiento a las políticas públicas de reconstrucción, el mejoramiento de la transparencia municipal, todo esto deja en evidencia que el trabajo conjunto entre la academia, las organizaciones de la sociedad civil, los gobiernos locales y la ciudadanía sí es posible y constituye un verdadero motor de cambio.
Ahora que Hacia Comunidades Resilientes llegó a su fin, Marta y Jorge seguirán promoviendo iniciativas de manera independiente, gracias a todo lo aprendido. Cada uno lo hará en su espacio. Son conscientes de que solo el trabajo colaborativo, el empoderamiento ciudadano, la toma de decisiones basadas en evidencia y los mecanismos de participación ciudadana son acciones colectivas necesarias e indispensables para crear comunidades resilientes. En sus manos está seguir construyendo la provincia de Manabí que tanto desean.