Prevención: ética e integridad

El fenómeno de la corrupción es estructural, multifactorial y complejo. Para ello se requiere un enfoque preventivo que preserve la integridad de las instituciones. Por eso, los esfuerzos que busquen disminuir sus índices no deben enfocarse exclusivamente en sus efectos, sino también en sus causas. Ecuador ha ratificado las dos convenciones más importantes en materia de transparencia y promoción de la integridad: la Convención Interamericana contra la Corrupción y la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción. Al respecto, los mecanismos de seguimiento del cumplimiento de estas convenciones han generado una serie de recomendaciones.
Algunos instrumentos jurídicos internacionales reconocen que la transparencia y el combate a la corrupción son pilares fundamentales para el desarrollo económico y social de las naciones. No obstante, los resultados nacionales en materia de prevención de la corrupción son limitados hasta la fecha. Esto se debe a que no ha existido al interior de las instituciones gubernamentales un programa que articule los controles necesarios de prevención, disuasión y detección de la corrupción.
Se requiere la construcción de un Sistema Nacional Anticorrupción cuyos objetivos sean mancomunados. Además, superen el cortoplacismo del Gobierno y se construyan desde una visión de Estado. El objetivo es evitar que se repita lo que sucedió con la formulación del Plan Nacional de Integridad Pública y Lucha contra la Corrupción 2019-2023. También es importante transparentar y comunicar periódicamente los avances de las metas de los planes y de las recomendaciones de los instrumentos internacionales. Estos programas se evaluan con indicadores y objetivos medible. Esta es una debilidad importante que se ha identificado en este diagnóstico.